Educar como Don Bosco, Evangelio de la alegría e la pedagogía de la bondad Eran casi las siete de la tarde y, pensándolo bien, ¡ese día cambió mi vida! Para mí fue una tarde como tantas, yo era el rey de la alegría y de mis amigos. No sé cómo, pero se las arregló para captar mi atención. El Oratorio de Valdocco parecía hecho para mí, un nuevo reino en el que podía ser el alma del patio. Pero, pero a medida que pasaban los días, me di cuenta de que no estaban contentos por lo que hacían, sino por lo que eran. Pensando en ello, ese encuentro cambió mi vida. Miguel Magone es el protagonista de una de las tres biografías de chicos escritas por Don Bosco. Junto con las de Domingo Savio y Francisco Besucco y otros escritos nos ayudan a entender la sensibilidad pedagógica y educativa de Don Bosco. En Valdocco ofrecía propuestas educativas precisas a partir del potencial de sus muchachos. En nuestro camino de acercamiento al bicentenario del nacimiento de Don Bosco tenemos un segundo tema de su figura para profundizar en su pedagogía. Para ello tenemos que redescubrir el Sistema Preventivo. Redescubrir el Sistema Preventivo Don Bosco, que vivió en el siglo XIX, inició una experiencia carismática, educativa y pedagógica que se ha extendido por todo el mundo. Una propuesta aún válida y eficaz. En Valdocco, día a día, comenzó a experimentar un estilo de vida que pronto se transformó en una propuesta educativa. Principios básicos - como la bondad, razón, religión y el amor - se concretaban en pequeñas tareas diarias. La realidad de Turín a finales del 1800 plantea a Don Bosco no pocos desafíos. Este estilo fue transmitido a los primeros salesianos, que crecidos en Valdocco, fueron llamados a continuar la obra de Don Bosco. Hoy en día, los contextos sociales, económicos, culturales, religiosos, se diversifican y han cambiado profundamente. El contenido y el método de la oferta educativa de Don Bosco, para que conserve su autenticidad y eficacia, requieren una profundización y actualización. El mundo se ha convertido en una "aldea global", se caracteriza por continuas innovaciones que afectan a todas las culturas del mundo. La forma de pensar está marcada por nuevos criterios culturales de productividad, eficiencia, racionalidad científica. Se ha cambiado el marco de lectura de los fenómenos sociales: no se puede reproducir hoy sin cambio lo que ha funcionado en el pasado. Para actualizar correctamente el sistema preventivo debemos tener una exacta comprensión histórica del método de Don Bosco. Tenemos que identificar las características que hicieron inédita, nueva y eficaz la experiencia de Valdocco respecto a la realidad eclesial y social de la época. Pero ¿qué hacía especial, la experiencia innovadora de Valdocco? En el Oratorio de casa Pinardi se vivían algunas actitudes que posteriormente se entenderán y propondrán con unos valores humanos y cristianos más profundos. Don Bosco, durante su formación humana y eclesial había vivido y asimilado algunas experiencias y sensibilidades que luego materializó en Valdocco: Un marco flexible, la mediación entre la Iglesia, la sociedad, la juventud y la clase popular; el respeto y la valorización del ambiente popular; • La religión como fundamento de la educación como aprendió en los años de la Residencia Eclesiástica; la dinámica interrelación entre la educación religiosa y el desarrollo humano, entre catequesis y educación, fe y vida; la convicción de que la educación es esencial para iluminar la mente; atención a las necesidades y posibilidades de los destinatarios; el valor del tiempo libre; del amor bondadoso como estilo educativo y, en general, como una forma de vida cristiana. Esta experiencia es, en cierto punto, llamada "Sistema Preventivo" y se presenta como un método universal. Para modernizar sus principios fundamentales, reinterpretar las grandes ideas fundamentales y directrices y las orientaciones de método sugiero tres perspectivas. La primera, en la que es bueno detenerse un poco más, es el relanzamiento de lo de honrado ciudadano y buen cristiano. honrado ciudadano y buen cristiano Don Bosco se prodigó a favor de una formación integral de sus muchachos. El conocido binomio - honrado ciudadano y buen cristiano - exige ser reinterpretado y actualizado. Lo requiere hoy la realidad eclesial - renovada después del Concilio Vaticano II - y la sociedad, expandida y diversificada con los logros del siglo XX y la globalización. Una reinterpretación que, enriquecida por los aportes de múltiples enfoques, pueda ayudar a la reflexión y la experiencia educativa de los individuos y las comunidades locales. La iglesia, que el Estado moderno ha intentado relegar a la sacristía, está encontrando hoy día en el voluntariado, en el sector no lucrativo, en las iniciativas de las parroquias y asociaciones, nuevas formas de caridad y servicio social. La política del Padre Nuestro de Don Bosco es confirmada y actualizada no con un activismo ideológico, sino con una formación que ayude a los jóvenes a madurar en una sensibilidad social y política. Una educación que les ayude a comprometerse por el bien de la comunidad eligiendo para sus vidas los valores inalienables humanos y cristianos. El educador debe actuar también a través de medios políticos, para que sea tenida en cuenta en todos los ámbitos de la sociedad en la que, a menudo, se da prioridad a los criterios de mercado. Para ello tenemos que calificar la propuesta educativa salesiana con suficientes reflexiones teóricas y eficaces experiencias de compromiso social. Lo mismo vale para la reactivación del "buen cristiano". Don Bosco, ardiendo de celo por las almas, comprendiendo la ambigüedad y el peligro de la situación, desafió los presupuestos y encontró nuevas maneras de oponerse al mal. El educador salesiano debe ayudar a descubrir y vivir la vocación de la persona humana. El creyente, consciente de ser criatura, sabe que la vida es un don gratuito y requiere una relación constante con el Absoluto. La vocación de hijos de Dios no es un añadido, un lujo, sino una realidad y un regalo, cuyo sentido debe ser poco a poco comprendido. Estamos llamados a acompañar a los jóvenes en este camino. La segunda perspectiva que propongo para actualizar el Sistema Preventivo de Don Bosco es el retorno a los jóvenes con mayores aptitudes. Volver a los jóvenes con mayores aptitudes Don Bosco elaboró ​​su estilo de vida, su pedagogía y espiritualidad estando en medio de los jóvenes. La misión salesiana es predilección por los jóvenes a los que orienta hacia la consagración. Los que viven el carisma salesiano no abandonan el campo de la juventud y tiene una vital comprensión de los jóvenes: su corazón late donde hay gente joven. Un conocimiento teórico y existencial les permite descubrir sus necesidades y crear una pastoral juvenil adaptada a las necesidades de los tiempos. La misión salesiana, para ser incisiva, tiene que lidiar con los nodos de la cultura actual, con las matrices de la mentalidad y el comportamiento de hoy. Nos enfrentamos a algunos desafíos verdaderamente grandes, que requieren un análisis serio, comentarios críticos, una profundo tratamiento cultural, capacidad para entender la evolución de la situación de los jóvenes. La tercera perspectiva para una actualización del Sistema Preventivo es, en palabras de Don Bosco, considerar la educación un asunto del corazón. educar con el corazón "Todos vosotros sois ladrones: me habéis robado el corazón", fue la expresión que Don Bosco solía decir a sus muchachos para expresar la conexión profunda e intensa que tenía con ellos. ¡Su actitud no era paternalismo! El '"apoderarse del corazón", en Don Bosco, es una expresión simbólica que expresa la dedicación total del educador y la peculiaridad del educando. Los chicos penetraban en el corazón de Don Bosco, se encontraban, se enriquecían, estaban a gusto. El educador salesiano está llamado, ante todo, a abrir su corazón a la gracia de Cristo Resucitado. Sólo así podrá proporcionar riqueza y profundidad a los jóvenes con los que se encuentra. El camino recorrido hasta ahora permite encontrar algunos puntos de referencia y compromisos para una correcta aplicación, moderna y eficaz de la pedagogía de Don Bosco. El Sistema Preventivo es la experiencia espiritual y educativa que se basa en la razón, la religión y la bondad: elementos indispensables en la acción educativa y valiosos para una sociedad más humana, esperada por las nuevas generaciones. "La educación es un asunto del corazón, y sólo Dios es su dueño", le gustaba decir a Don Bosco que fue capaz de armonizar autoridad y mansedumbre, amor de Dios y amor de los jóvenes. Una educación que forme "buenos cristianos y honrados ciudadanos" ofrece a los jóvenes lo necesario para vivir plenamente su propia existencia humana y cristiana. De un conocimiento profundo de la pedagogía de Don Bosco surgen otros puntos de referencia y relativos compromisos para el educador salesiano. Estos elementos surgen tanto del Sistema Preventivo como del análisis de otros escritos de Don Bosco como las tres biografías de Magone, Savio y Besucco y la Carta de Roma de 1884. Otros elementos propios de la pedagogía de Don Bosco son: El "evangelio de la alegría", aceptada y vivida como energía interna que resiste a las dificultades de la vida. Don Bosco, aprovechando el deseo de felicidad en los jóvenes, mostraba a Dios como la fuente de la verdadera alegría. El educador salesiano cultiva en sí algunas actitudes que fomentan la alegría y la comunican a los demás: • La confianza en la victoria del bien; • El reconocimiento de los valores humanos; • La educación para las alegrías cotidianas. La pedagogía de la bondad, un rasgo característico del método de Don Bosco. La pedagogía de la bondad, un rasgo característico del método de Don Bosco. La amabilidad, fruto de la caridad pastoral, no es sólo es un principio pedagógico sino también un elemento esencial de la espiritualidad salesiana. El educador salesiano debe amar y hacerse amar por los jóvenes. El humanismo salesiano ayuda a comprender los verdaderos valores presentes en el mundo, especialmente si les gusta a los jóvenes; a entrar en el flujo de la cultura y el desarrollo humano de su tiempo a buscar sabiamente la cooperación de muchos, a creer en la fuerza de la educación , a confiar siempre en la providencia de Dios, percibido y amado como Padre. Y, por último, el vínculo inseparable entre el Sistema Preventivo y Derechos Humanos. El primero ofrece al segundo un enfoque único e innovador a la educación, una antropología inspirada en el Evangelio. Los derechos humanos ofrecen al Sistema Preventivo nuevas fronteras y oportunidades para el diálogo y la colaboración para identificar y eliminar las causas de la injusticia, la iniquidad y la violencia y nuevos horizontes y oportunidades de impacto social y cultural. El estilo educativo salesiano siempre ha despertado el interés tanto en el pasado como en el presente. Alguien le preguntó a Don Bosco como educaba a sus muchachos, respondió: "Yo los educo como mi madre nos educaba en familia. Eso es todo lo que sé. " El estilo educativo practicado en Valdocco tiene sus raíces en la experiencia de I Becchi. Fue Mamá Margarita, la madre viuda, la que fue capaz de dar a sus hijos el amor exigente de un padre y el amor dulce y gratuito de una madre. De ella y de la vida cotidiana en I Becchi, Don Bosco aprendió los valores y actitudes que luego practicó con sus chicos y señaló a los salesianos: una presencia que hace sentir al muchacho que es amado, el trabajo diario e incansable, el sentido de Dios alimentado por una piedad y una caridad simple y genuina; la razón como sinónimo de diálogo y participación de los jóvenes en el crecimiento, el compartir el trabajo y la vida que maduran en el valor de la asistencia salesiana. Recibí un poema de un salesiano de la India. Expresa muy bien lo que es la educación. Habla de un niño, que al crecer, aprende algunas actitudes observando a su madre. Pensé en cómo Don Bosco aprendió observando a Mamá Margarita a diario cuando, por ejemplo, dedicó su viudez a los hijos renunciando a una nueva familia, cuando compartía lo poco que tenían con los pobres y cuando dio su ajuar para la emergencia de cólera . Cuando creías que yo no estaba mirando te vi poner mi primer dibujo en el frigo y enseguida quise hacer otro. Cuando creías que yo no estaba mirando te vi dar de comer a un gato vagabundo, y aprendí que es bueno ser bueno con los animales. Cuando creías que yo no estaba mirando te vi preparar para mí mi dulce preferido, y aprendí que las cosas pequeñas pueden ser especiales en la vida. Cuando creías que yo no estaba mirando te vi preparar una comida y llevarla a un amigo enfermo, y aprendí que debemos preocuparnos los unos por los otros. Cuando creías que yo no estaba mirando te vi cuidar nuestra casa y a los que viven en ella, y aprendí que hay que velar sobre lo que hemos recibido. Cuando creías que yo no estaba mirando te vi afrontar tus deberes aunque no te encontrabas bien, y aprendí que de mayor debo ser responsable. Cuando creías que yo no estaba mirando vi brotar lágrimas de tus ojos, y aprendí que ciertas cosas a veces hacen sufrir y que llorar hace bien. Cuando creías que yo no estaba mirando vi que estabas preocupada, y quise ser todo lo que yo podía ser. Cuando creías que yo no estaba mirando aprendí la mayor parte de las lecciones de vida que deberé saber para ser una persona buena y útil cuando sea mayor. Cuando creías que yo no estaba mirando te miré y quise decirte: «Gracias por todo lo que vi cuando creías que yo no estaba mirando». Y lo importante es saber cómo hoy vamos a tocar el corazón de alguien. Vivamos con sencillez. Amemos generosamente. Cuidemos seriamente. Hablamos con amabilidad. Como Don Bosco educador, ofrezcamos a los jóvenes el Evangelio de la alegría mediante la pedagogía de la bondad