Conocer e imitar a Don Bosco, la pasión por los jóvenes Video comentario al Aguinaldo 2012 del Rector Mayor Se llamará Juan. Nos estamos acercando cada vez más a la celebración del bicentenario del nacimiento de Don Bosco! Un aniversario que nos debe encontrar preparados y disponibles a reforzar nuestra identidad carismática. Es nuestra tarea comprender, reinterpretar y perpetuar las intuiciones, las elecciones y acciones pastorales dirigidas por nuestro fundador. La genialidad operativa, las dotes educativas y la espiritualidad son sin duda, tres dimensiones que caracterizan su figura. El primer paso es conocer su historia. Un conocimiento que valiéndose de los métodos de la investigación histórica no debe olvidar la dedicación que Don Bosco tuvo por los jóvenes y, la presencia y acción de Dios en su vida. El Aguinaldo que el Rector Mayor, Don Pascual Chávez Villanueva, confía a los grupos de la Familia Salesiana para el 2012 es una invitación a conocer de manera profunda la historia de Don Bosco para reconstruir, hoy, su imagen y perpetuar la misión que nos ha confiado: la educación y la evangelización de los jóvenes. La reconstrucción de la imagen de Don Bosco y de su acción debe iluminar la realidad donde la Familia Salesiana trabaja que se caracteriza por un horizonte cultural particular, por la complejidad de la vida contemporánea, la globalización, la cultura postmoderna, las dificultades de la pastoral, la disminución de las vocaciones y el “interrogante” sobre la vida consagrada. Por qué conocer a Don Bosco? Don Bosco continúa a ser una figura de gran relevancia para la iglesia y para la sociedad civil. Su figura es totalmente plena que no puede ser reducida a una simple formula. En el pasado muchas de sus presentaciones, llenas de exaltaciones y exageraciones, corrieron el riesgo de distorsionar la imagen, la intuición y el espíritu. Hoy la hagiografía tiene en cuenta las interpretaciones históricas bien fundamentadas, con una lectura teológica de la experiencia espiritual de los santos. Don Bosco es una figura poliédrica. Es un fundador, un legislador, un educador, un maestro de vida espiritual. Para evitar que todo aquello que ha sido trasmitido, sea olvidado, es urgente y necesario conocerlo. Aumentando la distancia cronológica, geográfica y cultural de él, se corre el riesgo de perder el clima afectivo y aquella cercanía que lo hacía familiar. Si disminuyera la referencia a nuestro Padre común, a su espíritu, su praxis y sus criterios inspiradores, como Familia Salesiana, no tendremos derecho de ciudadanía en la Iglesia y la Sociedad, porque estaremos privados de nuestras raíces y de muestra identidad. Además de la distancia cronológica, geográfica y cultural, hay otros motivos para tener en cuenta. Para un movimiento espiritual, como la Familia Salesiana, es importante tener viva la memoria de la propia historia, organizarla y hacerla accesible con el fin de motivar la consolidación de la referencia cultural y hacer frente a las transformaciones históricas, sociales y culturales. De este modo la Familia Salesiana puede continuar a ser portadora del carisma en sus orígenes y estar atenta como custodios creativos de la tradición. El conocimiento profundo de Don Bosco encuentra después su razón de ser en el hecho que muchos documentos normativos de los grupos de la Familia Salesiana muestran a Don Bosco como guía y modelo. ¿Cuál historia? La historia de Don Bosco debe ser reconstruida e interpretada con coraje y autenticidad. Como sugería el Papa León XIII: lo histórico no debe jamás decir nada falso ni callar nada verdadero. Tomar también las imperfecciones de los santos ofrece una triple ventaja para respetar la exactitud histórica, subrayar lo absoluto de Dios y mostrar la fragilidad de la naturaleza que todos compartimos. Es necesario, después, superar lo anecdótico para favorecer la actualización de Don Bosco hoy, al alba del tercer milenio. Un conocimiento que, en tensión entre los interrogantes del presente y la búsqueda de respuestas que provienen del pasado, ayude al carisma salesiano a inculturarse hoy. Es necesario que el carisma fundacional de un movimiento venga reinterpretado vitalmente para no convertirse en un fósil precioso. Los fundadores han hecho la experiencia del Espíritu Santo en un contexto histórico preciso; por eso es indispensable determinar los elementos de contingencia de la cultura y la situación de la época. Así será posible determinar el valor de sus acciones y las respuestas dadas a los desafíos del tiempo. Una búsqueda histórica sobre Don Bosco debe ser capaz de determinar lo que es transitorio y aquello que es permanente en el carisma, aquello que debe ser dejado y aquello que debe ser asumido. ¡La historia de Don Bosco, además, no es sólo nuestra! Es también de la iglesia y de la humanidad y no debería estar ausente de sus historiografías. La exclusión del debate cultural en camino en cada país determinaría también la insignificancia histórica de los salesianos, de la marginación social y la ausencia de nuestra oferta educativa. Si queremos seguir teniendo credibilidad debemos tener la misma profesionalidad y adoptar el mismo lenguaje. La historiografía salesiana La producción historiográfica salesiana ha hecho un grande camino. Desde los modestos perfiles biográficos de Don Bosco se pasó a las biografías encomiables, inspiradas en una lectura teológica, anecdótica y taumatúrgica. Después de la mitad del 1900, la sensación de incomodidad sobre la lectura hagiográfica afectó también a los salesianos. El clima cultural de los años setenta llevó – a través de presupuestos, orientaciones, métodos, e instrumentos de búsqueda – a profundizar el conocimiento del patrimonio heredado de Don Bosco. Por una correcta hermenéutica de la historia salesiana, hoy, se tiene en cuenta tres tipologías de análisis. El análisis filológico: que es posible gracias a la publicación de las obras editadas e inéditas de Don Bosco. El preciosos trabajo desarrollado por el Centro de Estudios Don Bosco de la Universidad Pontificia Salesiana y del Instituto Histórico Salesiano ha colocado a disposición de todos, en ediciones científicamente bien hechas y revisadas, miles de páginas de los escritos de Don Bosco. Sigue el análisis histórico-crítico: que debe tener en cuenta el contenido de las fuentes en relación con las categorías culturales y eclesiales de la época. La tercera, la más importante, es el análisis vital y actual: capaz de re–expresar, repensar y reactualizar el contenido de las fuentes. El acercamiento a Don Bosco, hecho con métodos propios de la investigación histórica, nos ha llevado a medir mejor su grandeza, su genialidad operativa, sus dotes como educador, su espiritualidad y su obra; comprensibles sólo si se está plenamente ubicado en la historia de la sociedad en el cual vivió. No es una negación a-priori de las válidas y respetables imágenes de don Bosco que han tenido generaciones de salesianos y miembros de la Familia Salesiana. Pero tenemos necesidad de una imagen de Don Bosco que sea actual, que hable del mundo de hoy, con un lenguaje renovado. Don Bosco hoy Don Chávez, en el comentario del Aguinaldo, muestra y analiza algunas experiencias y elecciones hechas por Don Bosco: .La evolución de sus obras y la comprensión de quienes debían ser sus destinatarios; * Que entendía por “Juventud Abandonada”; * Cómo respondía las necesidades de los jóvenes; * Cómo respondía con flexibilidad a las necesidades; * La insistencia por la pobreza de vida y el trabajo inestancable. Partiendo del análisis histórico de estos comportamientos vienen sugeridos caminos de evaluación para poder reconstruir la imagen de Don Bosco con fidelidad y no con mera repetición. Es un proceso que debe comprometer a cada grupo de la Familia Salesiana para llegar a una visión culta, profesional, profunda de Don Bosco para valorar el patrimonio histórico, pedagógico y espiritual. Un proceso que favoreciendo el conocimiento de la realidad juvenil, tenga bien claro el perfil cristiano en la sociedad. Se trata en otros términos de volver a ver instituciones y estructuras de agregación y de educación, de re-leer el Sistema Preventivo en clave de actualidad, de presentar al Mundo y a la Iglesia un estilo particular de educador salesiano. Sugerencias operativas El Aguinaldo, continuando la tradición iniciada por el mismo Don Bosco, es un verdadero programa espiritual y pastoral que compromete individuos y comunidades a estudiar, reflexionar, orar y actuar juntos. A los grupos de la Familia Salesiana y a las estructuras de coordinación – como las consultas locales y territoriales - Don Chávez indica algunos puntos de referencia y compromisos operativos. La caridad pastoral, que caracterizó toda la vida de Don Bosco y fue el alma de sus múltiples obras, debe ser la marca y el motivo de credibilidad de la Familia Salesiana entre los jóvenes. Don Bosco – que vivió numerosos sufrimientos, sacrificios y privaciones por sus jóvenes – enseña que la acción pastoral salesiana requiere la conformación con el corazón del Buen Pastor y un buen camino de ascesis. Las Actas de la fundación de la Congregación salesiana y el desarrollo histórico de la obra de Don Bosco muestran que la finalidad principal de la Familia Salesiana es la salvación de los jóvenes que, como hizo él, están comprometidos, acompañados y siendo responsables en ser apóstoles de sus coetáneos. Los jóvenes, campo privilegiado de la acción salesiana, deben ser encontrados en los lugares, en las situaciones y en las fronteras donde ellos están. Las iniciativas y las instituciones por ellos creadas sin la práctica de la asistencia y de la presencia en medio de ellos, son insuficientes. Las respuestas que Don Bosco dio a las necesidades de sus jóvenes pueden iluminar las de la Familia Salesiana que hoy debe ser consciente de combatir la indiferencia, el relativismo ético, las falsas ideologías y el consumismo que destruyen el valor de las cosas y las experiencias. Los interrogantes que guiaron a Don Bosco deben acompañar a la Familia Salesiana a escuchar el grito de los jóvenes ofreciendo respuestas a las necesidades más urgentes y más profundas, a las necesidades concretas y espirituales. Las Memorias del Oratorio de San Francesco, escritas por pedido explicito de Pio IX, son un punto de referencia imprescindible para conocer el camino espiritual y pastoral de Don Bosco. Definidas también, memorias del futuro, ellas encierran las motivaciones y las elecciones de Don Bosco. Invito a cada grupo de la Familia Salesiana, las consultas locales y territoriales a asumir – con el estudio y la reflexión – el mensaje del Aguinaldo 2012. La acción pastoral, allí donde es compartida, sea inspirada por la historia de nuestro padre fundador para que su sueño y el mandato recibido por Dios pueda continuar todavía hoy. Don Bosco nos ofrece una presentación simple, pero al mismo tiempo profética de su espíritu y de su misión: el sueño de los nueve años. En esta página de sabor autobiográfico viene definido el campo de acción que a él viene confiado: los jóvenes; viene indicado el objetivo de su acción apostólica: hacerlos crecer como personas a través de la educación; viene ofrecido el método educativo que resultará eficaz: el Sistema Preventivo; viene presentado el horizonte en el cual se mueve todo su ser y, hoy, nuestro trabajo: el diseño maravilloso de Dios que ama a los jóvenes. El muchacho del sueño Podemos decir que él vive para transformar la realidad de aquél sueño. Estamos llamados a hacer cuánto nuestro querido padre hizo: asumir los jóvenes como programa de vida, razón de nuestra existencia, gastando por ellos todas nuestras energías hasta el último respiro. Don Bosco non fue jamás menos para sus jóvenes. Para profundizar este aspecto les confío esta anécdota. Y sigue nuestra música «Imaginaos el patio de la cárcel de una colonia europea del siglo XVII. Al alba, mientras el sol empieza a teñir de oro el cielo de oriente, sacan al patio a un prisionero que va a ser ejecutado. Se trata de un sacerdote condenado a muerte por oponerse a la crueldad con la que se trataban a los indígenas de la colonia. Ahí está de pie contra la pared, mirando a los soldados del pelotón de ejecución, compatriotas suyos. El oficial, como manda la tradición, antes de vendarle los ojos le pregunta por su último deseo. La respuesta es sorprendente: el hombre pide tocar su flauta por última vez. Los soldados se ponen en posición descanso mientras esperan que el prisionero toque la flauta. Cuando las notas empiezan a estremecer el profundo silencio de la mañana, el ambiente de la cárcel se llena de una música dulce y encantadora que inunda de paz aquel lugar destinado normalmente a la violencia y a la tristeza. El oficial se alarma porque, cuanto más se prolonga la música, tanto más absurda parece la orden que debe dar. Por eso manda a los soldados abrir fuego. El sacerdote cae en el acto, pero, ante el asombro de todos, la música continúa su danza de vida. A pesar de la muerte». En una sociedad totalmente empeñada en sofocar el mensaje de Cristo, pienso que nuestra vocación sea encontrarnos entre aquellos que continúan a hacer escuchar la música de la Vida. En un mundo que está haciendo de todo para que los jóvenes no escuchen la insistente invitación de Cristo a “venir y ver”, es nuestro privilegio haber sido atraídos por Don Bosco y motivados a sonar la música del corazón, a testimoniar la trascendencia, a ejercitar la paternidad espiritual, a orientar a los muchachos en una dirección que corresponda a su dignidad y sus deseos más auténticos. Carísimos hermanos, hermanas, miembros todos de la Familia Salesiana, amigos de Don Bosco, jóvenes todos, les deseo a todos un año nuevo 2012 rico de bendiciones de Dios y un esfuerzo renovado para continuar a hacer sentir la música, nuestra música, aquella que llena de sentido la vida de los jóvenes y la hace ver como la fuente de la felicidad. Conociendo e imitando a Don Bosco, hagamos de los jóvenes la misión de nuestra vida.