(ANS – Phnom Penh)– Cada 19 del mes, los Salesianos de la región de Asia-Este Oceanía, recuerdan a los Salesianos de Camboya. Esta es la historia del primer salesiano Khmer profesional, el pos novicio SoMony Kong.

Nos cuenta su historia: Soy SoMony, el estudiante de tercer año de filosofía en el seminario mayor de Tailandia. Nací en Camboya, provincia de Pursat, en 1985, de una familia budista, aunque después me he convertido junto con otros tres al catolicismo.

Mi vocación salesiana comenzó siendo un estudiante en la Escuela Profesional Don Bosco en Phnom Penh (2002). Tenía 3 amigos, aún no bautizados, que pertenecen a la Iglesia Católica. Un día me invitaron a ir a la iglesia y yo, por curiosidad, les siguí. Después de un tiempo "Empecé a ir a misa con frecuencia, incluso solo, y después de tres meses comencé a participar al catecismo y luego estuve ayudando en el oratorio festivo. En el momento no pensé acerca de lo que estaba haciendo, pensé hacer algo que me haría feliz.

Después de la graduación yo y mi amigo aceptamos la propuesta del P. Gerard Ravasco para enseñar en la ópera Don Bosco Poipet. Allí recibí el Bautismo, celebrado por el P. John Visser en el año 2005. Tuvimos que pedir permiso de los padres. La pregunta de mis padres fue: "¿Es bueno para ti o no es bueno?!" Y me dejó libertad para elegir.

Yo era feliz siendo católico, pero nunca he pensado en hacerme salesiano. Unos meses más tarde, mi director me envió a estudiar durante seis meses al Instituto Salesiano en Bangkok, Tailandia. Me dijo que me preparara, pero yo no le presté atención. Así, sin darme cuenta, llegó, y fue un shock para mi, porque no podía comunicar a nadie y no sabía qué hacer. Entonces me hice muchas preguntas sobre el sentido de mi vida.

Pensé profundamente acerca de Dios y su existencia y le pedí que me ayude a resolver mis dudas. Le prometí que si cumplía mi oración, le ofrecía mi vida a servirle como sacerdote o cualquier otra tarea que me podría ofrecer. Poco a poco comencé a entender algo y sentir paz en mi corazón. Me sentí como volver a nacer, y me llevó a dar sentido a mi bautismo.

De vuelta en Camboya, continué enseñando en Poipet por 4 años y luego en 2009 me convertí en un aspirante salesiano. Muchos salesianos han apoyado y guiado mi camino vocacional. Cuando el P.  Walter Brigolin fue mi director, nunca me ha empujado a elegir la vocación salesiana. Durante dos años he participado en encuentros vocacionales en la diócesis y con otras congregaciones, así que pude aprender sobre los diferentes tipos de vocaciones; pero quería elegir el camino salesiano porque me sentía tan cercano y apropiado a mi persona.  

Publicado el 01/19/2016