ANS – Sarajevo)– "Cuando encuentro a los jóvenes siento la alegría y el amor que tienen. No sólo por mí, sino por los ideales, para la vida. ¡Quieren crecer! Pero ustedes tienen una singularidad: ustedes son la primera - creo - generación de la posguerra. Ustedes son flores de una primavera (...) tienen una gran vocación: jamás construir muros, sino puentes". Con estas palabras, pronunciadas espontáneamente, el Papa Francisco se dirigió a los jóvenes de Sarajevo, Bosnia y Herzegovina, el pasado sábado 6 de junio.

El encuentro con los jóvenes, realizado en el Centro Juvenil Diocesano "Juan Pablo II", tuvo lugar en la tarde, como uno de los últimos acontecimientos del Viaje Apostólico del Santo Padre en Sarajevo, "la Jerusalén de Europa", como él mismo la definió, debido a la presencia de diversos credos y confesiones religiosas.

Anteriormente, el Papa se reunió con las autoridades, a la cual había presentado el significado de su viaje definiéndose "peregrino de paz y de diálogo", y expresando su satisfacción al "ver los progresos obtenidos" en el camino de paz, "por los cuales debemos agradecer al Señor, y a muchas personas de buena voluntad". En esta ocasión, además de recordar la "cooperación de la comunidad internacional, en particular la Unión Europea" por favorecer la continuación de este proceso, también hizo hincapié en la participación de la Iglesia Católica "a través de la oración y la acción de sus fieles y de sus instituciones, en el trabajo de reconstrucción material y moral de Bosnia y Herzegovina".

El acto principal de la jornada fue la Eucaristía celebrada en el estadio de Kosevo, lleno con cerca de 65.000 personas. Acompañada por todos los obispos de Bosnia-Herzegovina, dirigidos por el Card. Vinko Pulijc, arzobispo de la ciudad, el Papa centró toda su homilía sobre la "paz", recordando cómo las Bienaventuranzas del Evangelio no se refieren a los "predicadores", sino a los "operadores" de paz. "Hacer la paz es un trabajo artesanal: requiere pasión, paciencia, experiencia y tenacidad. Bienaventurados los que siembran paz con sus acciones diarias, con actitudes y gestos de servicio, de fraternidad, de diálogo y de misericordia".

El largo día de reuniones continuó con el encuentro con los Sacerdotes, Religiosos, Religiosas y Seminaristas en la Catedral de la ciudad, en la que el Santo Padre escuchó conmovido las historias de tres mártires, un sacerdote, un monje y una religiosa, que durante la guerra civil han sufrido la persecución, el encarcelamiento y la violencia; y el Encuentro Ecuménico e Interreligioso en el Centro Internacional Estudiantil Franciscano, al final de cual dirigió la oración “al Eterno, al Único y Verdadero Dios Vivo, al Misericordioso”.

(Traducción, Andrés Felipe Loaiza, SDB)

Publicado el 08/06/2015