La celebración tuvo lugar en la iglesia de María Auxiliadora de la ciudad de Guadalajara. Con el Rector Mayor concelebraron los dos inspectores mexicanos: don Filiberto González (MEG) y don Miguel Aguilar (MEM), además de un nutrido grupo de Salesianos de ambas inspectorías. Estuvieron presentes también algunas Hijas de María Auxiliadora y otros miembros de la Familia Salesiana, además de los familiares y amigos de quienes profesaron.
Don Chávez invitó a los ahora profesos perpetuos a agradecer a Dios el don de la vida y a entregarla con generosidad a su servicio, especialmente a favor de los jóvenes más necesitados, para ser signos y portadores de su amor hacia ellos. Insistió en que la vida es un don y no encontrará felicidad si no se comparte.
Agradeció, además, a los papás el haber entregado a sus hijos a Dios y a los recién profesos los exhortó a “hacerse eucaristía” es decir, “pan partido o despedazado” para saciar el hambre de muchos que hoy, en nuestro mundo, necesitan no solo del pan que alimenta su cuerpo sino de aquel que alimenta su espíritu, pues solamente Dios puede saciar el “hambre” más profunda del hombre.
De los 5 salesianos que han hecho la profesión perpetua 1 pertenece a la inspectoría de México-México, 3 a la de México-Guadalajara y 1 a la de Las Antillas (ANT).
Publicado el 21/08/2007